“Tendremos nanobots en el cerebro, que trabajarán en interacción directa con las neuronas biológicas, nos harán más avispados, con más memoria y permitirán que ingresemos de un momento a otro en realidades virtuales emergentes a través del sistema nervioso”
Estas fueron las palabras que dijo recientemente a la BBC el ingeniero Ray Kurzweil, uno de los 18 expertos escogidos por la Academia Nacional de Ingeniería estadounidense, para identificar los grandes desafíos tecnológicos que enfrentará la humanidad en el siglo XXI.
“ Los nanobots en el cerebro,nos harán más listos para tener la capacidad de tomar decisiones racionales y emocionalmente equilibradas” .agregó
La gran paradoja
En el corazón de las empresas de tecnología, sitios donde se desarrollan los principales avances que encaminan a la humanidad hacia la cuarta revolución industrial, se gesta una gran paradoja. En los procesos de selección de talentos no gana el que más conocimientos técnicos tenga si no el que posea más habilidades personales para gestionarlos.
En un interés de “regresar a lo básico” empresas como google o Facebook, los grandes referentes del Silicon Valey sostienen que el curriculum ya no lo es todo. La experiencia vital y las habilidades sociales pesan más que la experiencia profesional o los títulos. De hecho muchos perfiles no logran adaptarse rápidamente al entorno vólatil y sucumben frente a éste tipo de logros en cabeza de máquinas y robots que rápidamente les roban sus puestos de trabajo.
¿La razón?
Un profesional con mayores habilidades sociales logrará encontrar mejores estrategias para alcanzar el éxito apoyando sus percepciones y decisiones en aspectos como el liderazgo, la empatía, la gestión del cambio y las habilidades comunicativas. En conclusión: las empresas quieren líderes que puedan persuadir y apoyar a sus partners a través de los sentimientos.
Habilidades Perdidas
Todo este bagaje de conocimientos esta asociado a las soft skills o habilidades blandas que permiten analizar cualquier situación desde el ámbito emocional, lo cual incluye las sensaciones y los sentimientos. Eruditos en la materia como Daniel Goleman destacan que no solo se trata de reconocer en si mismos este tipo de habilidades transversales si no que puede ser más importante incluso, motivarnos a reconocerlas rápidamente en los demás. De lograrlo esto permitirá relaciones más sanas y positivas con otros facilitando claro está, el trabajo en equipo, la flexibilidad, el compromiso y la permanencia del talento humano en las organizaciones.
Dónde radica el vacío
Estos valores y habilidades de los que hemos venido hablando, según expresan los reclutadores, son los grandes ausentes durante las etapas curriculares tanto en el cole como en la universidad y lo que es peor aún durante los magisters , especializaciones o doctorados. “ Estos aspectos no están completamente desarrollados en una abrumadora mayoría de perfiles que actualmente existen en el mercado laboral porque no los han recibido en su etapa educativa” – anotan los expertos en recursos humanos .
Para nadie resulta un secreto que las emociones o los sentimientos en las organizaciones tradicionalmente han estado “castrados” por miedo a proyectar una imagen vulnerable ante el resto del equipo .
Con este panorama ya es habitual ver como en los colegios más pioneros en la implantación de conocimientos tecnológicos se le brinda a los pequeños las herramientas para realizar sistemas sencillos pero con el objetivo puesto en inculcar valores y habilidades que propendan por fortalecer las emociones y los sentimientos que son y serán cada vez más necesarios en el mercado laboral.
Inteligencia Emocional vs Inteligencia Artificial
- ¿cómo se logra ese equilibrio perfecto entre neuronas y bytes?
- ¿Por qué requerimos de Inteligencia emocional para dominar máquinas ?
- ¿por qué son tan necesarios los Sentimientos para mejorar la inteligencia artificial?
- ¿qué faltaría entonces para que los robots sean cada día más humanos?
La inteligencia emocional es la capacidad de gestionar emociones, controlarlas y expresarlas de manera efectiva logrando así una interrelación sana con las personas con quienes compartimos la vida. La inteligencia artificial por su parte es la capacidad de resolver problemas de forma racional y lógica, a través de avances tecnológicos y maquinas computarizadas, lo cual supone una ventaja, pero a la vez una amenaza para la humanidad.
Hemos llegado como raza a la loca necesidad de tener que relacionarnos emocionalmente con robots, que en poco tiempo se conectarían con nuestro espíritu mediante algoritmos supliendo nuestro universo emocional. Un ejemplo de ello lo tenemos en Japón donde ya son muchos los ejecutivos que tienen a su servicio esposas, compañeras de vida o “almas” gemelas dotadas de inteligencia artificial y nanorrobótica. Con las máquinas conviven día a día satisfaciendo incluso sus deseos sexuales. Poco a poco vivencias como éstas nos convertirán en seres incapaces de llorar y de sentir cada vez más parecidos a máquinas dominadas por respuestas sintéticas incapaces de sentir y de amar. Dónde queda entonces la inteligencia emocional, característica humana imprescindible?
¿A dónde vamos a parar?
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- Padres hiperconectados a sus móviles durante la cena sin lograr conectar emocionalmente con sus hijos
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- En los restaurantes parejas desconectadas de las emociones de su interlocutor
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- Grupos de chicas pendientes del mundo luciendo como robots programados para la felicidad y la belleza preeditada, simulacro de una falsa felicidad
- Chicos que no juegan al aire libre, bajo la lluvia o subidos en un árbol por estar conectados a los juegos con sus “amigos” virtuales en cualquier lugar del globo terráqueo.
¿Se ha preguntado si …?
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- ¿Siente usted lo mismo enviando un beso a través de un emoji que disfrutándolo en vivo y en directo?
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- ¿Está dejando de lado las emociones que lo llevaron a soltar una lágrima el primer día que dejo a su pequeño en el cole?
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- ¿Algún día no se arrepentirá por no rescatar a sus padres de su soledad durante un domingo soleado por estar conectado a su ordenador ?
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- ¿Podría abrazar a sus seres queridos cuando se encuentre en la distancia y acariciarlos a través de un computador?
Existirá el equilibrio entre los bytes y las neuronas?
Indudablemente la tecnología nos facilita la vida. ¿Qué seria por ejemplo de las marcas sin las ayudas que brindan las herramientas del #marketing digital? Otro caso lo representan la cantidad de personas que alrededor del mundo han logrado reconectar emocionalmente a través de un «clic». Lo han hecho, descubriendo a su media naranja por medio de aplicaciones como Tinder, una marca que ha logrado cerca de diez billones de «matches» (parejas creadas) desde que fue creada en 2.012
Sin embargo, la soledad, las heridas emocionales, los conflictos laborales o familiares, necesitan de la conciencia plena y de la posibilidad de reflexión para que a través de la inteligencia emocional se logre alcanzar mayor plenitud y felicidad. Es desde el ámbito de los sentimientos, que se generan éstas posibilidades que permitirán a su vez que las empresas puedan tener personas más productivas, felices leales y comprometidas.
Piense por un instante en el patrimonio no solo económico si no emocional que usted quiere heredarles a sus hijos. Para garantizar un “seguro profesional” esta visto que es necesario volver a lo básico. Empiece a cultivar desde ya en sus pequeños todas esas habilidades y valores que lo harán un profesional talentoso y admirado por los demás. Abrace a sus hijos, bríndeles una caricia, consuelo en momentos de dolor, celebre sus alegrías o llore con sus tristezas. Es solo a través de estar presente verdaderamente y conectado con sus emociones que logrará que lo recuerden y sus enseñanzas puedan estar presente en ellos por el resto de sus vidas.
A las empresas el mensaje: Códigos y programaciones si , pero con sentimientos.